es sufrir, llorar, perder por siempre la razón.
Herido, aun cuando pasa el tiempo la llaga no se cura,
queda un puñal que desangra sin piedad el corazón.
Rota el alma en pedazos nunca estará segura,
vivirá encadenada a la eterna maldición.
El gritar tan fuerte del dolor de su fractura
ensordecerá los oídos por su perenne aflicción.
Una rosa marchitada en la noche más obscura,
el vacio que deja la ausencia de esa voz,
lamentos de un espíritu perdiendo la cordura,
sólo fragmentos que demuestran su profunda sumisión.
Anhelar el olvido es un deseo que perdura,
los recuerdos que lastiman se repiten cual canción.
Rogar dormir, jamás sentir, escapar de la tortura,
en paz estar, dejar de amar, caminar en amargura.
No existe una salida, todo queda en conmoción.
Hay que esperar, solo existir, llegará la redención.
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