Desde lo más profundo de mis sueños la he llamado.
Desde lo más profundo de mi corazón he invocado su presencia.
Desde la lágrima más dulce, hasta el suspiro más sonoro
he anhelado su voz en mi oído,
sus labios en los míos,
sus manos en mis mejillas,
su nariz rozando la mía,
mi sonrisa acariciando la suya,
sus murmullos siendo el aliento
de mi corazón,
que tanto la ha querido,
tanto la ha adorado,
que tanto la ha llorado,
y al fin, mis anhelos la materializaron frente a mi.
Siendo desde mis sueños, lo más profundo de mis sueños,
donde la encontré.
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