Amor;
te daré, a cada momento,
todo lo que tengo,
todo lo que soy.
Desde el viento
que se escapa de mis dedos
al acariciarte,
al besarte,
al sentir que muy profundo
en tu mirada estoy viviendo,
hasta el último vistazo de mis ojos,
que anhelantes esperan cerrarse
al filo de las aguas que a borbotones
salen de nuestros cuerpos abrazados
para volar a otros cielos,
a otros mundos,
en unas alas sólo encontradas
en un beso,
en una caricia,
en otra piel.
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